Tonto inútil


Se agotaron las fuerzas de sus manos. Iracunda, le arrebató a la esperanza la última gota que destilaba.  Arremetió contra sus propios recuerdos.  La sombra se escapó asustada por la ventana.  Las cortinas agitadas, se desgarraron con el viento y el murmullo del pasado empezó a hacerse eco.  Ella aborreció sus besos, detestó sus manos y sus dedos.  El la sacudió, le gritó al oído sus verdades, esas que ella no comparte.  El se apartó, supuestamente con las manos llenas, pero era mentira, sus manos no tenían nada para ofrecer.  Y el corazón de él se llenó de tierra estéril.

Ella lo vió alejarse, la mueca de la última visita le supo a excremento.  Tonto inútil.  Se inmoló con sus verdades y con su lanza le atravesó el pecho.  La sangre que corría era de un rojo intenso, como negros sus pensamientos.  El volteó la mirada, una, dos, tres veces.  Tonto inútil.  Siguió transitando su camino y ella se quedó quieta con ambos brazos tendidos, cabeza gacha,  escozor en los ojos y harta de tanto sentir.  La ira se apoderaba de ella por ratos y por otros tantos lo amaba con intensidad.

Tonto inútil.  Tonto inútil…….

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