Destinados a no ser...



Si.  Se que la frase es muy común.  Bonita.  Quien la lee se deja seducir por lo romántica y objetiva que puede ser.  De inmediato retrotraer todos esos amores que no funcionaron es lo primero que puede llegar a la mente.  Pero no.  No a todos les cabe la frase. Muchos amores han estado justo para ser momento, perecederos, instantáneos como el café en polvo, y de usar y tirar.  No soy cruel por decirlo así. Solo soy realista.

Entonces, sí que hay un amor al que la frase le queda como un guante.  Ese amor donde colocaste toda tu inversión de tiempo, ganas, energías, fuerzas y mil cosas más.  Ese amor donde, quizás, terminaste por negociar parte de tu yo más básico.  A ese si le sirve. 

Hay un amor (o dos!) que llega y estas sumamente seguro que se quedará.  Ese con el que haces planes serios. Como revisar el plano de una casa por construir. Como el decidir qué eduación ofrecer a los hijos no nacidos.  Ese con quien acuerdas "en qué ciudad nos estableceremos".  Este tipo de conversaciones tiñen una relación de muchas promesas de todos los tonos de rosado y azul oscuro. Te hacen sentir más completa.  Como si en vez de dos brazos tuvieras cuatro.  Y es que practicamente es así.  Son dos cabezas dirigiendo la vista en paralelo hacia una misma dirección.

Pero verás, he dicho en paralelo... Las líneas paralelas van juntas, pero realmente nunca se unen. Tristemente, estas relaciones pueden tener mucho de todo. Son tan ciertas y reales que puedes tocar la corteza del futuro y sentir la textura del "nosotros" en él. Nada ni nadie te podría convencer de que realmente no será. Y al convencerte de ello podrías llegar a hacer toda suerte de cosas, incluyendo algunas dañinas para tu propia autoestima.

Por eso, cuando el "no puede ser" se asoma con su narizota respingona y empiezan los reveses a hacer acto de presencia, te paras como centurión a defender, a toda costa, lo que más tarde verás como indefendible. Llegará inclusive un momento donde te acusarás de no estar haciendo todo lo necesario. Toda vez que realizas esta concepción de ideas, empieza una espiral de desgaste mental y emocional que te arrastrará a un estadío bastante complicado.

Ahora bien, ¿de donde vienen esos "no puede ser" tan amenazantes?. Pareciera que no es responsabilidad de los miembros de la relación. Cierto es que las variables externas pueden influir en el presente y futuro del vínculo, pero también es cierto que cuando los fundamentos son sólidos, cualquier amenaza externa puede dejar una relación más fortalecida que como la encuentra. Más que terminarla, la arraiga aún más.  

Si a todo lo anterior agregamos los dañinos apegos, la cosa se complica mucho más. Aferrarnos a gentes, solo por que si.  Convencernos de ideas tan dañinas como los "sin ti no puedo vivir", "eres lo mejor que me ha pasado" "no creo que pueda volver a amar como te amé", y puedo amanecer aquí citando frases.  Si te compraste todas estas ideas solo te jodiste.  A ello, un poco de terapia congnitiva viene como anillo al dedo. Entre tantos millones de personas en el mundo y juras que no puedes vivir sin una?. Sí. Se que es solo una frase, que es una simple alegoría del sufrimiento del momento. Pero resulta que el cerebro no distingue frases reales de las de mentiras. Se creerá tus pensamientos y tus decires y entonces te tomará mucho más tiempo salir de esa relación destinada a no ser si te vives repitiendo semejantes barbaridades.

Se que cuesta. Lo he vivido. Sobre todo cuando la cultura que nos rodea nos juega en contra. Pero hay que empezar a cuidar y fortalecer la relación más importante que tenemos, y es la propia.  No podremos estar sin nosotros mismos nunca, nos levantaremos y nos acostaremos a nuestro lado por siempre, hasta morir. La premisa de toda relación es la de ser felices. Si eso no lo logra, no sirve.  Por muchos planes que se hayan hecho, por muy cierto que haya parecido todo.  


Nos vemos a la siguiente....





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