Tu voz...

Te lo juro...
tu voz tiene caderas!
y cuando me hablas,
se contonean en mis oídos.
Tu voz se va meciendo dentro mio....
de aquí para allá y de allá,
hasta el mismo cielo de mi centro.
Su cadencia me envuelve como manto de viuda en iglesia.
Toda mi cabeza, toda yo, envuelta por tu voz.
Hipnotizada, sigo al aleteo de cada palabra,
que con tus labios tropieza.
Tu voz, es un gusano de seda,
que, lento, serpentea en mis oidos
y de ti, me hace presa.

Derechos de Autor Gnosis Rivera.

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