Dominios

Me regalaste un beso que viajó directo a mis entrañas. 
Te hiciste ciudadano permanente de mi vientre 
y reclamaste con gallardía cada uno de mis deseos. 
Hoy, te humedeces en mis ojos, y en forma de lágrima te deslizas por mis pestañas. 
El aroma de tu piel ya es tradición de mi olfato. 
Y en la aldea que es mi corazón, tu reinado se instaura, proclamano obediencia y sumisión. 
Mis brazos se revelan y se resisten, pero tus dedos son más fuertes y toman por suyo cada hebra de mi pelo. 
He de quedarme quieta, sin ofrecer resistencia. 
Hace rato que he claudicado a tus antojos.


© Derechos de autor Gnosis Rivera.-



Comentarios

Entradas más populares de este blog

Y que con eso nos baste

Aviso importante

Cita