Mi tristeza

Imagen extraída de SplitShire.com. Imágenes libres de derecho de autor.-

Hay quien dice que hay mucha tristeza en algunos de mis textos. Realmente la tristeza siempre ha estado en mi vida. La conocí a muy temprana edad. Durante un tiempo, más largo del necesario, quizá, luché contra ella; le peleaba por días y llegamos a tener cruentas luchas donde yo terminaba agotada y ella peor. Eventualmente comencé a aceptarla, entonces llegamos a un acuerdo. Uno donde ella seguía siendo quien era mientras yo pudiera vivir otro tipo de sentimientos. Fue entonces cuando empecé a fabricar mis alegrías. Inventaba mis personajes, mis diálogos. Inventé mis lunas y mis nubes. Hasta logré hacerme con un sol portátil, así, cada vez que asomaba la lluvia de tormenta, yo tenía luz radiante, solo para mí.
Empecé a darme cuenta de que realmente tenía talento para las alegrías ficticias, fabricadas. Eso me hizo sentir ganadora. Sin embargo, por momentos el acuerdo me jugaba en contra, porque muchas tristezas se quedaban acumuladas en la trastienda de mi garganta y mis costillas, y cuando les daba por salir la húmeda sal ocupaba mis ojos por días y mis alegrías terminaban sitiadas por toque de queda.
Mucho tiempo ha pasado y he terminado aceptándola con acuerdo renovado. Ella me ha enseñado mucho. En mi corazón hay tapices de alegría, pero gran parte del empapelado le pertenece. Yo y ella, ella y yo. Nunca se trató de que yo ganara o que ella venciera. Siempre se trató de aprender a vivir con ella.
Cariños, Gnosis

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Y que con eso nos baste

Aviso importante

Cita