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Mostrando las entradas de 2018

Cierre

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De repente el nocturnal sábado se ha convertido en un domingo de medio día. Sí. He abierto mis asueñados ojos a las doce y treinta minutos de la tarde. Lo hice y sentí olores, café, los sueños que tuve. Pensé. Agradezco este año, lo agradezco profundamente.  Pero hoy, más que de agradecimiento, quiero hablarles de aprendizaje. El 2018 fue un año repleto, rebosante de aprendizaje. Y no se si fueron de esas lecciones que les ocurren a muchos, no lo sé; tampoco si fueron las convencionales conclusiones a las que llegan las personas al término de un año, lo ignoro; solo sé que fue una cantidad bárbara de situaciones y cada una dejó su mensaje. No les contaré cómo llegué a ellas o cómo ellas vinieron a mí. Me reservo esos detalles, pero sí les comparto qué aprendí. ·          Dicen que el dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional. Es mentira, si no sufres, ¡cómo rayos aprendes! Lo que si no puedes hacer es abandonarte a ese sufrimiento más tiempo del necesario.

Compañía

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No caminas solo;  tus pasos transitan los peatonales de las almas que te amaron, que hoy, desprovistos de vestido, te susurran paz al oído y todavía te aman.  También están los ángeles, que acolchonan con sus alas tu andar. Todo luce rústico, lerdo, pastoso.  Se atoran las puertas y las bisagras rechinan produciendo ruido de impaciencia.  Pero el tiempo no avanza ni deprisa ni lento, el tiempo avanza en su propio momento.  Un momento ajeno, a veces, a nuestras premuras. No caminas solo.  Yo estoy contigo. Las distancias materiales son solo eso: puentes, océanos, rutas, caminos.  Los afectos esenciales atraviesan a la era.  Qué será entonces un simple puente, una patria lejana, un largo camino.  Nada. No caminas solo. ©Gnosis Rivera ©Derechos de imagen Photo by Priscilla Du Preez on Unsplash

Niebla

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La niebla es la cortina que viste todo lo posible De ella se cubrió Saturno, cuando conjuró el encuentro de aquellos dos seres que, sin saberlo, rodaban en círculos por sobre sus anillos, procurando ambos dar con el otro. La niebla nunca podrá ser numerada, limitada al espacio de tus manos Hacerlo, sería como contar besos imaginados, caricias sin destinatario lágrimas que han humedecido fértiles pómulos avergonzados por un amor inconcluso. La sustancia de la niebla es la misma que mi deseo luce delgada escasa apenas luce pero es poderosa Humedece las pieles y esconde el abrazo de los amantes. ©Gnosis Rivera ©Derechos de Imagen Photo by Jakob Owens on Unsplash

Recorrido

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Llegué a una esquina, no se si mía Si yo la esperaba o era al contrario Pero tenía que recorrerla Iba con las manos llenas Mucho de todo llevaba mares y lunas temas, ideas un sentir extenso todo lo dejé en la esquina descanse mis brazos y seguí el camino la esquina tomé para seguir mi ruta hay otros mares que esperan otros octubres llenos de lunas los temas y las ideas germinan allá, donde sea seguí mi camino y nunca dejé de sentir creo es lo único que se quedó conmigo pero ese sentir se fue gastando vi cómo germina hierba nueva pasto verde y copioso me voy creciendo por dentro siguen la orugas las mariposas nunca me abandonan siguen ahí, en el estómago Salen de mi boca cuando te nombro de entre las hebras de mi pelo, si te pienso y las dejo ir que vayan al viento que vuelen que sean ellas nunca más conmigo nunca en mi No puedo ser si no soy en libertad y esta libertad me sobra quisiera asirm

Algo y nada

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No entiendo Siento, pero no se qué es lo que siento Solo se que pesa y es enorme Como un enorme hueco lleno de algo que es nada Introduzco mi mano y sale vacía Vacía de dedos Vacía de uñas Apenas un trozo de muñeca queda de recuerdo Muchas cosas perdieron sentido Están, pero ya no importa No hay lágrima, no hay risa Solo hay mucho de eso, eso que dije letras arriba Algo que es nada Mi memoria perdió todo su recuerdo Ya no se cómo se hacen las cosas Las más vitales Las más sencillas Las más gratificantes Olvidé cómo se hacen Si solas O de solo nombrarlas llegan a ser Quién sirve sin recuerdos A quién cuento qué cosa sucedió Cuál no Me duele el estómago y no es hambre Es un poco de susto Como si alguien que nunca va a llegar de repente llega Y no estoy lista Lista para nada No recuerdo cómo lucían mis uñas en la juventud Si llevaba colonia Todo se me ha olvidado Estoy sumergida en un propósito de historia Una que nad

Voz

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Tu voz La tengo atorada en este silencio salado Que me brota por los ojos Llevo ya tres siglos muda Mi nombre no es en tu voz Me arde la garganta por nombrarte y no puedo, salen brasas de mi boca mis labios se agrietan   allá donde pervive ese recuerdo Tu voz Todo el día hundida   en este silencio que no es ni tierra ni arena, que no preña un solo tallo De este silencio no espero flores ni grito, ni canto.  © Derechos de Autor: Gnosis Rivera.-  Derechos de imagen Photo by Zach Guinta on Unsplash

Soy

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En ocasiones solo soy No se qué, dónde y cómo soy Solo se que soy Soy en un enorme silencio y rara vez me muevo Me da miedo moverme. Estoy en un borde Y no se si moverme un poco allá o un tanto acá ¿Qué tal si a la derecha o quizá a la izquierda? ¿Es abismo? ¿Paraíso? Me detengo Decido seguir siendo, aunque no tenga idea qué El aire sopla, entonces se que llevo piel Pero no siento la sangre. Nada estremece Tengo miedo de intentar ser algo más que solo ser. Entonces solo soy, ¡tan quieta…! ¡Tan callada¡ Que siento espacios de tiempo separándose lentamente Escucho minutos susurrando segundos Y una hora esfumarse en mucha nada Continúo solo siendo, ni me atrevo a decir palabra Sentir el tiempo ya fue todo y demasiado ¿Cuánto más será ser solo ser…? ¿Sera un siempre o un mientras tanto…? Siquiera pienso… ¡eso puedo ser! ¡Un pensamiento! Entonces medito cosas simples No puedo asirme a la batalla de una queja o una duda Pienso en hojas, semillas y destinos Pienso en pies con uñas colorida

Admisión

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Y en medio de mis lágrimas, amarte,  sin llegar a entender el sentido de este amor,  como si amar fuera un asunto de razón.  Y saborearme los labios para  reconocer tu sal en mis ojos.  © Gnosis Rivera.- Junio 2015 Derechos de Imagen: Photo by  Natalia Figueredo  on  Unsplash Mujer de pelo negro y ojos cerrados

Silencio

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Han llegado las horas del silencio.  Carga tu silencio y camina derecho o torcido  pero en silencio.  Siempre en silencio.  Te diré más... Un día cualquiera, lejano o no, todas tus palabras escaparán, se amotinarán y se harán a la fuga.  Despavoridas, aterradas, por grupo y separadas... pero será. Y lo harán de cualquier forma, menos de mariposas Unas serán odio, otras, ira e insultos Rechazo y repudio Ninguna será caricia, ni sonrisa Ese día, te vestirás de lo que tanto repelías, tu aliento apestará tanto como todo lo que callaste. Y lo peor, nadie estará ahí para escuchar tus enmohecidas palabras. ©Gnosis Rivera.- Derechos de imagen: Photo by  Kunj Parekh  on  Unsplash Arena y mano.

Locura

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Tengo locuras, ¡si! claro que si, pero son mías; algunas las adopté y de otras me enteré cuando llevaban tiempo ejerciendo. Luché con ellas sin saber que eran yo misma, y que yo era ellas. Ahora, hasta las defiendo, me las se de pe a pa.  Me encantan. ¡Se parecen tanto al mundo que imagino! Ellas le dan todo sentido a mi parte cuerda; mis locuras son mi equilibro.  ¿Que si te amo y daría mi vida por ti? Es mi locura.  ¿Que sé estar sin pedir nada? ...Es mi locura.  ¿Que si quieres que me aleje y lo hago  sin juzgar, no sin antes preguntar si estas seguro? Es mi locura. Ella no está para ser cambiada, combatida o censurada, está para ser gozada y disfrutada, a sus anchas, ¡SER! No puedo concebir la idea de nada noble o auténtico sin el ejercicio de la libertad, y nunca hubo más libertad que en la locura.  Entonces, no la juzgues, no la critiques; es estéril tu intento.  No me parezco a nadie, y sí, se que asusta, asusta que alguien desee sostener tu infierno solo para que desca

Es

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Es el sol en el oeste, y la luna,  eterna en el cielo. Es la gente, la sonrisa, y el calor de los labios que gritan,  a duelo, las verdades. Es la piel rugosa y escamada, por exceso de trabajo. Es el llanto, es el hambre y es la sed. Son los años, y es el tiempo.   Es ahora y es despuès. Es lo mismo, lo de siempre, es la lucha inagotable. Es la rendición del amo, del guerrero, del soldado. Es la centuria que grita, es el sistema que merma. Es el sudor de los cuellos, es el lomo muy cargado. Es el niño que, gritando, va gastando su inocencia. Es mi letra, es mi pluma,  es mi duda y mi certeza. ©Gnosis Rivera Derechos de Imagen Darrell Cassell @darrellcassell Manos, arbol y hojas

Preguntas

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Cuándo te me perdiste, cuándo dejé de mirarte. En qué momento dejamos de existirnos...  Cómo fue que quedó tan vacío algo  que antes rebosaba de nosotros.  ¡No reconozco este tiempo! mis horas no combinan con tu reloj  y yo hace años que no uso tal cosa.  Me he quedado aqui, con los encuentros aglomerados en fila, y sin brazo de distancia. No me caben más preguntas, y ya no llegan respuestas. Cuándo te me perdiste, ¡cuándo! ©Gnosis Rivera.- Derechos de Imagen Photo by Mikesh Kaos on Unsplash Café Solo

Junio

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Recuerdo cuando junio era nuestro. Ese primero de junio duró más de dos días. El recuerdo, varias semanas. Ese tiempo era tan nuestro que podíamos darnos el lujo de dormir en el silencio y aun así entender todo en nuestras miradas.  Hubo tardes en las que descubriste mis tierras no habitadas, las anduviste todas, me llenaste de cosquillas y plantaste siembra en mi ombligo. De mi parte, apr endí a tejer con tus pestañas largas hileras, entonces cerrabas tus ojos y con ellas enroscadas en mis dedos, te veía imaginar desde el centro de ellos lo que parecían ruinas, y cómo estas volvían a ser grandes obras de pueblos originarios. Terminando de tejer, veía tus lágrimas de niño; desaparecían una a una.  ¡No las cuentes!- me dijiste.  Eso hice.  Besé tus sienes y junio seguía siendo en nosotros. Una tarde, que no sabíamos era final, el sol se colaba por la ventana y amenazaba con sacarnos del cuarto. Dominaba todo. Su luz se reflejó en nuestros cuerpos desnudos y empezamos a reír.