Te vas abril

Iba conduciendo mi auto por las calles de La Zona (1) . La poesía estaba por todos lados, o al menos yo la llevaba en mis retinas y todo lo veía poético. La Cambronal (2) llegó a mi encuentro y, en su esquina, estaba ese arbol de siempre, majestuoso y orgulloso de sus hojas color verde-marrón. Muchas se habían suicidado con el viento de abril y tapizaban el suelo. Eran hermosas y hacían juego con la morena que vendía empanadas en el puesto de la casa que daba a mi izquierda. Su piel era como de porcelana negra, una piel completamente lisa, sin algún accidente que contar a la vista de cualquier espectador. Sí. Había poesía por todos lados. En la radio, Rod Stewart me cantaba a mí, solo a mi y me decía "I can tell by your eyes that you've probably been crying forever...". Yo, que conducía con rumbo cierto, parecía no tener destino y, autómata, me encontré con la extraña alegría de saber que nada ni nadie podía arrebatarme lo vivido. Resolví alegra...