Cultura de cuellos gachos; vivos murientes.

Si, lo sé, la palabra muriente no existe, pero aunque en este caso el significante no exista, créame, el significado sí. Veamos, cada vez que veo lo exitosas que resultan ser las series de tv que tratan sobre zombis y muertos vivientes, no puedo evitar pensar: qué morbosa puede ser la gente, que gusta tanto de estas imágenes de ojos desorbitados, brazos colgados, cuerpos que están más muertos que vivos, y lo suficientemente horripilantes para asustar a cualquiera. Nunca he dedicado tiempo a seguir estas series, -ni películas de ese género- realmente no me gustan, pero no puedo substraerme al hecho de pensar el por qué gustan tanto. Reconocer la parte morbosa que habita en casa ser humano, es de rigor. En algunos más que en otros, pero dentro de todos hay una dosis necesaria (!!) de morbosidad, y he ahí una parte de la explicación. Yo puedo estar equivocada, y ¡sería genial! –todos los aciertos y avances en la humanidad surgen de la adecuada complicación de los equív...