Mi bronquitis

Imagen obtenida en la red Desde mi primera juventud – la verdad que no sé son cuántas juventudes hay, ni quien las cuenta– tuve tendencia a los resfríos. Primero fue la congestión de los senos paranasales. Bastaba que lloviera para que mi nariz tuviera su propio tsunami. No podía usar perfume, ni bañarme con el clásico Palmolive rosa, que tanto gustaba a mi madre. Los olores me mataban. Con el tiempo, y po r suerte, esa condición fue variando; ya no era un payaso andante, puesto que mi nariz vivía enrojecida. Yo fui creciendo y me di cuenta que algunas enfermedades traen consigo un andamiaje emocional. Y eventualmente me vi repitiendo, cada cierto tiempo, una bronquitis asmatiforme, así decía el diagnóstico. Yo siempre me propuse ver más allá, me pasaba de la línea, sacaba mis propias conclusiones; tuvieran ciencia o no, ellas me satisfacían y, al menos, me ayudaban a entender mejor mi deficiencia de salud y mi cuerpo. Hace un tiempo que vengo callando, que vengo sintiendo ha...