Sí existes!
Tomaste mis margaritas,
deshojándome pétalo por pétalo.
Entonces mi jardín conoció tus vientos.
Tú, nube cargada de lluvia,
arropaste la orilla de mi playa,
y como oceáno de lava hirviendo,
te recreaste en todo mi adentro.
Y me aturdiste de amor!
No recobré sentido hasta que,
abriendo mis ojos, te he reconocido...
Si!! has sido tú todo este tiempo.
Todo este tiempo en que te amé,
en que te esperé
y te intuí sin saber dónde te hallabas.
Siempre exististe...
No eres fruto de mi espera
ni de mi gruesa soledad.
Sí existes!
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