Tonto inútil

Ella lo vió alejarse, la mueca de la
última visita le supo a excremento.
Tonto inútil. Se inmoló con sus verdades
y con su lanza le atravesó el pecho. La
sangre que corría era de un rojo intenso, como negros sus pensamientos. El volteó la mirada,
una, dos, tres veces. Tonto inútil. Siguió transitando su camino y ella se quedó
quieta con ambos brazos tendidos, cabeza gacha, escozor en los ojos y harta de tanto
sentir. La ira se apoderaba de ella por
ratos y por otros tantos lo amaba con intensidad.
Tonto inútil. Tonto inútil…….
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