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Mostrando las entradas de abril, 2015

Te vas abril

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Iba conduciendo mi auto por las calles de La Zona (1) .  La poesía estaba por todos lados, o al menos yo la llevaba en mis retinas y todo lo veía poético.  La Cambronal (2) llegó a mi encuentro y, en su esquina, estaba ese arbol de siempre, majestuoso y orgulloso de sus hojas color verde-marrón. Muchas se habían suicidado con el viento de abril y tapizaban el suelo. Eran hermosas y hacían juego con la morena que vendía empanadas en el puesto de la casa que daba a mi izquierda. Su piel era como de porcelana negra, una piel completamente lisa, sin algún accidente que contar a la vista de cualquier espectador. Sí.  Había poesía por todos lados. En la radio, Rod Stewart me cantaba a mí, solo a mi y me decía "I can tell by your eyes that you've probably been crying forever...".  Yo, que conducía con rumbo cierto, parecía no tener destino y,  autómata, me encontré con la extraña alegría de saber que nada ni nadie podía arrebatarme lo vivido.  Resolví alegrarme por todo lo

No sabemos

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¿Quién sabrá de los hilos que teje el amor? si se sostienen del brazo que abraza o de la boca que mengua de un deseo. Si acaso, de una sonrisa lastimosa, que espera una señal, para darse entera. ¿Se ciñe la noche en la piel de los amantes sabiendo que la sombra favorece su secreto? ¿o se fugan los gemidos de los labios, creyéndose silenciosos para no ser descubiertos? ¿Quién sabrá? ¿Sabrá acaso mi memoria que te recuerda de otra vida? ¿Supe reconocerme en tu alma, cuando me hallé en el traspatio de tus ojos? ¿Y tu voz?, que en ella me escucho y en cuyo eco se devuelven mis miedos, diluídos, acaso, ¿lo he sabido de antes, y se trató todo de recordarte? ...pude yo haber fabricado un tacto diferente en mi pecho, para entregarlos a tus labios... pudieron ser tus manos albacea de mi vientre, y fiel testimonio de mi espera de años. ¿Acaso sabré yo del hilo que me pendes?, ¿acaso sabrás tú del fuego que me enciendes? No. Ni lo se yo, ni lo sabes tú. No sabemos d

Un año de letras y poesía!!!

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Un día como hoy, un año atrás, yo abría mi blog Volando al ras... Muchas letras han rodado por mi pluma desde entonces.  Mucho camino recorrido, mucha experiencia y mucho aprendizaje.  Caminé de la mano de algunos que ya no están y sigo, acompañada de otros que llegaron y se sumaron en el camino.  Aprendí de mí misma mucho más de lo que pude sospechar.  Nunca imaginé que tenía tanto dentro.  Le agradezco a cada persona que durante este año me ha seguido. A aquellos que se han vuelto fieles lectores de este espacio.  Pensado por mi egoismo y el placer de ver en letras muchos de mis sentimientos, que sin ser asunto de ustedes, de igual forma me regalan una mirada y se pasean por este rincón.  Espacio de salvación, compañía, voz silente y que grita.  Mi poesía! Gracias por este año! Gracias poesía, por siempre ser!!! Nos seguimos viendo en el trascurso,  Tu fiel amante, Gnosis

Muy adentro

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Ven, acércate... ¿ves esto? es una marca... es de las veces que me caí.  Sí...dolió mucho, pero de alguna forma, hallé la manera de levantarme. Dame tu mano.  Toca aquí... Se siente suave, ¿cierto? Sí.  Mi corazón es suave, es noble.  No tengas miedo...! rodéalo de izquierda a derecha, de arriba para abajo. ¿Te das cuenta de los contornos duros?...son callos. Con el tiempo se me formaron costras duras.  No encontré otra forma de defenderme.  Pero también has visto lo blando, lo suave. Ya te diste cuenta.  Así que mala no soy.  Aunque sí he tenido que ser dura, en ocasiones. Acércate un poco más.  Apenas empieza.  Mira, siente esta parte mia...  Es profunda.  Quiero mostrarte, pues pienso que lo mereces.  Esta parte mía es oscura, pero muy genuina y auténtica. Aquí guardo muchos miedos, muchos temores.  ¿Ves? es en esta parte donde me duele.  Sabrás, hay días completos en los que solo siento angustia. Miedo. La soledad me da miedo.  Viví en ella y me equivoqué mucha vec

Me estoy enamorando de ti... (secuencia de Quiero Conocerte)

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Lucía parecía ser ese tipo de mujer independiente, que se siente muy cómoda y feliz en su propia piel. Era una atractiva mujer soltera de 34 años, que se dedicaba a asesorar empresas en materia de administración y manejo de capital humano.  Esta actividad la llevaba a viajar mucho, pero solo fuera de la ciudad, a provincias. Se sentía feliz con la vida como la llevaba. Había tenido algunas parejas ocasionales y solía divertirse, pero hasta ahora, ninguna de estas relaciones habían despertado dentro de ella esa voluntad de querer amarrarse, como solían decirle sus amigas a eso de casarse. Se sentía tan cómoda con su libertad, y con la forma en que manejaba sus horarios, que no veía el amor en su horizonte más próximo. Que las recientes salidas con Andrés hayan cruzado la línea de lo divertido, no significaba que ese horizonte, sobre el cual se sentía en perfecto control, fuera a cambiar.  O al menos, eso creía. Eran ya las ocho de la noche.  Andrés pasaría por Lucía dentro de los