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Mostrando las entradas de mayo, 2015

Ve y vuelve...

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Regálame tu mano, quiero dibujar líneas tontas en tus palmas. Llevarlas a mis labios, depositar mis besos niños en ellas. De paso, aprovecho y huelo la piel de tus dedos. Y saboreo, de a poco, la sal que hay en ellos. Dame una mirada. Una que no diga nada. Una que, prescindiendo de los labios, me bese. Acércate a mi oreja y déjame un susurro. que sea un cuento breve, uno corto. Medita mi nombre, bajito, como si fuera un trémulo secreto en tu boca. Luego despídete, dejándome en el viento, tu promesa de volver. © Derechos de Autor Gnosis Rivera.-

Quehaceres

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...he de quebrarme tantas veces en tu pensamiento, como se quiebra la rosa con la muerte de un invierno, para regresar intacta, a la primavera siguiente. He de renacer tantas veces en tu sentimiento, como renace la grama espesa de los suelos, tupidos por la lluvia que grita mayo. Y si me preguntas qué hare con tanto sentimiento, te diré: Tapizaré las paredes con besos y abrazos. Lustraré los calderos de mi cocina, con tanta esperanza aspera y marchita. Tenderé en los cordeles del patio, el deseo de mi piel y las ganas de saciar el hueco de tu soledad.   Eso haré. Y cuando me ciña sobre la loza fría del suelo, tu amor me abrazará. © Derechos de Autor Gnosis Rivera.-

Señorita Utopía

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Me da gracia imaginarme la utopía como a una chica delgada y atractiva, que nunca envejece y que te mira con una sonrisa a medio construir, de esas que invitan a reírte, y que, aunque no tengas noción de por qué te ríes, sabes que el motivo convence y tiene gracia, entonces te ríes de todas formas. La utopía es así. Es hermana de la señora obstinación, a quien imagino con más peso, algo robusta, musculosa y portentosa. De mirada adusta y nada efímera. La s eñorita Utopía y la señora Obstinación, más que hermanas, son amigas y aliadas. Verás, en días pasados estuve meditando sobre la utilidad de las utopías y, en una de las definiciones que encontré, cuenta que se trata de un proyecto o idea irrealizable, al menos en el momento en que se concibe o se plantea dicha idea o proyecto. Básicamente, cuando oímos la palabra utopía pensamos en imposibles. Pero siendo la utopía un imposible, ¿dónde está la utilidad de esta?. Ahí me llega la idea de la señorita sonriente,

Muerte

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Morir. Se puede morir tantas, pero tantas veces! que llega uno a acostumbrarse al sabor del vacío. En ocasiones, el camino de regreso a la vida es tan conocido, que puedes caminar por sus pasillos con los ojos cerrados. Ella, la muerte, ha sabido caminar de mi mano y me ha mirado a los ojos. Ya no le temo, de hecho, hemos tenido importantes charlas, donde ella me concede oportunidades y me dic e que regrese. Parece que somos amigas, pero no, no me engaño. Ella está aquí para mostrarme un tipo de luz distinta. Una que no me produzca más temor, sino que, por el contrario, me ponga de frente con mi propia fortaleza. Esa que me empuja por el pasillo de regreso a mi vida. Anoche, una parte mia murió. Pude percibir el olor a hueco en la casa. Así que me toca volver a recorrer el camino de regreso. Muerta no me puedo quedar. © Derechos de Autor Gnosis Rivera.-

Celos

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Celo maldito, maldito celo, te atraviezas como espada de gusano en mi manzana. Me divides la certeza en dos mitades. En una la duda, y en otra la pregunta... siniestra! y temo por la respuesta, tanto! que me quedo muda, no indago....y es peor, pues un demonio me persigue y me cuenta cosas y termino loca, como el gusano ha querido. Celo maldito! Me surcan ideas que apenarían al más loco de los obsesos y me pongo a fabricar escenas  y termino enferma y todo suda dolor y un fétido olor a angustia permea mi cama, mi sorbo de café y mi mirada... y se jode todo!!, todo se jode hasta que desaparezca ese maldito gusano de mierda! que se hace con el poder de atosigarme que me hace ver donde solo hay inventos volviendo lo incierto posible solo porque sí. Celo maldito, maldito celo! © Derechos de Autor Gnosis Rivera.-

Apatía y preguntas...

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Hay un momento donde ella se cuelga de la impotencia y, simplemente, sus manos no logran tracción con la esperanza. Se resbala y se cansa, juro que se cansa. Su corazón se aburre de su propio ritmo, y por momentos jura que sería mejor no ser y no estar. Pero es tanta su apatía y su aburrimiento, que ni a no ser se anima. Mira a su alrededor y ve todo parejo, plano, liso, no hay un cayo de dónde poder sostenerse.  La burla ya ni la mira.  ¿Dónde están las sonrisas de antes?.  ¿No que tú la comprendías?, ¿fue tan fácil sacarte del quicio?, convencerte de la mentira y convertirla en cierta... actuar en consecuencia!.... Ella está cansada de sentir cansancio... se agota, su amor se agota... ¿No te das cuenta que se agota?. No sabe qué más hacer... ¿será cerrar todas las ventanas y condenar la casa?.. ¿qué quieres de ella?, dime, ¿qué demonios deseas?! © Derechos de Autor Gnosis Rivera.-

Vida!

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Bella mañana de miércoles! Y me descubro enamorada. De tanto y de todo. Me sorprende, siempre!, mi propia capacidad de amar.  Parece que soy todo amor, y apenas me percato de ello. Amo el aire y la forma sutil en que juega con mis poros.  Como seduce a mis rizos y el nonato de beso, que posa, suave, sobre mis mejillas.  Amo mis pensamientos, atrevidos y osados.  Orgullosos de imaginar tanto y tanto, que avergonzada me sonrojo, si pudieran ser ellos revelados. Amo mi letra, que se fuga, disidente, de mi pluma, erótica y perversa, seductora y amazona!.  Amo lo que te provoca.  Que te exulte por el gozo de saberme, de imaginarme y te despierte los anhelos dormidos.  Amo la vida....que está presta siempre, para ser vivida.  Amo mis ganas, mis propias ganas.   Ellas me gritan VIVE!! Me empujan a la experiencia, la propia, en compañía y de todas formas....pero siempre vivir!!!  Estoy viva y me gusta!! Estoy viva y me encanta!!! Parecía que moria, pero no.  Apenas reculo por más impuls

Ocho lágrimas

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Ocho lágrimas te di. La primera huyó despavorida de mis ojos, angustiada y halándose de las greñas. Fue una lágrima redonda y mojada que tuvo sueños de adulta. La segunda y la tercera se hicieron compinches, y se instalaron en el ecuador de mi cuerpo, poco antes del ombligo. Se vistieron de pánico y susto...susto gris y lejano. La cuarta me miró con franca soberbia, con rostro falso y de engaño. Altiva y orgullosa, se proclamó la más adusta de todas, y me hizo pensar si acaso valía la pena derramarla. Ocho lágrimas te dí... y cuando llegué a la quinta, ya estaba cansada de llorar. Me aburría de mi pena y sorprendida de mi fe rota, deshojé con mis dedos la herencia de tu mentira. Tuve sobre mis mejillas las tres últimas lágrimas. Obesas lágrimas cargadas de preguntas, de esas retóricas, de las que no esperas respuesta, pues ya las conoces todas.  © Derechos de Autor  Gnosis Rivera.-