Hogar


No tengo casa, soy refugiada. Huí porque, de donde vengo, solo hay vacíos y soledades, entonces vine aquí, donde abunda la leche y la miel, donde la flor crece a su libre albedrío, y la luna y el sol salen al mismo tiempo y conversan sobre el horizonte. Déjame habitar en tí, mientras encuentro mi hogar, y si resulta que el hogar eres tú, prometo hacer de tu morada un jardín eterno, donde los gladiolos y las hortensias azules sean el colchón bajo tus pies. 

© Derechos de autor Gnosis Rivera​

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