Fragmentos


Ella iba caminando a paso mediano.  Oía el bullicio delicado de la gente caminando a su paso.  Unos conversaban, otros se confundían en silencio con las prisas de la cotidianidad del día.  Llevaba ambas manos  enfundadas en los bolsillos de su sobretodo. Su cuerpo pisando el suelo y su mente lejos en la distancia.

Las calles estaban repletas de fragementos de una historia no vivida. Los bistros ocupados de gente riendo, parejas de esas que se agarran la mano y sonríen mientras charlan, sus alegrías le lucían como ofensas a su propia soledad.  Los toldos en las ventanas eran del más profundo negro, como sus ojos. Sí, como sus ojos....malditos huecos negros en los que se perdió mil y una vez.  Hasta un halo de su aroma pareció cruzarle por la cara y golpearle justo en medio del recuerdo.

Calle abajo esta vez con la cabeza gacha.  Había ropas tendidas en los balcones, como esa ropa que nunca ocupó los cajones de su armario. Ahora serían cajones pretendiendo ser tumbas de un amor natimuerto. Casi seguro se tropieza con unos párvulos corriendo tras una pelota que aparcó juguetona en sus pies.  Para ella eran recordatorios de sus propios hijos, los no nacidos.

Demonios! cuántas mesas sin montar, platos sin limpiar, recetas sin probar. No por mucho imaginarte un momento este se vuelve real.  Resignada pensó.

....la ciudad apestaba a fragmentos de una historia no vivida.  Historia vuelta mitología.

© Derechos de Autor Gnosis Rivera.-


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